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Amar.

Hablemos de verdades, nada hay mas cierto que el sol sale todos los días, como nos enseñaron en la escuela, sale por el este, pero al igual que sale cada día, también se oculta y da lugar a una penumbra conocida como noche, donde la que reina (Ademas de la oscuridad) es la luna, a veces enorme y señorial, otras veces pálida y raquítica, pero siempre en alto, arriba, inalcanzable; tal como mis pensamientos, que se esconden en la penumbra de mi propio lamento, en la oscuridad de mis deseos inconclusos y en la opacidad de mis sueños inalcanzables. Cada palabra que se cruza galopante por mi mente, deja una estela que se convierte en  constelaciones y hasta galaxias eternas y a la vez efímeras,  dando paso a una nueva, ya sea una idea, un pensamiento o simplemente una palabra; una de mis favoritas es la palabra amar; pero ésto no ocurre siempre, me pasa sobre todo en la noche, cuando todo está en silencio y bajo la luz de la luna siendo mi única cómplice, tu duermes justo a mi lado
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Reflejos (1ra Parte)

En mi país la belleza no es algo ligero, la gente se toma muy en serio estos certámenes y concursos en todos los niveles cronológicos y estratos de la sociedad, las niñas desde jóvenes practican las “Mejores respuestas” por si algún día les toca decir que lo que más anhelan es “La paz mundial”. Normalmente en los concursos internos de los salones de primaria o de cualquier nivel del sector educativo, siempre que se debe escoger a la representante del salón para el concurso  de belleza del colegio, hay ocho, diez y hasta más participantes y cualquiera de esas participantes que sea seleccionada, podría ganar el concurso general; lo que quiero decir es que todas son lindas, lo cual hace que los compañeros varones; que son los encargados de escoger a las “Reinas”, estén en grandes aprietos. En un sector montañoso del orientes de mi país, en  mi pequeño pueblo, hay un dicho muy popular y conocido , que normalmente le hace mucha gracia a todos los que están cerca para escucharl

Un pequeño secreto.

Hagamos un ejercicio, ¿cuál es la típica oración de un niño?  ¿Qué es lo primero que aprendemos en nuestra infancia a decir en oraciones?  Probablemente alguna cosa muy repetitiva y corta. ¿Verdad? Es cierto que de niños no sabíamos orar; o ¿estoy errado? Creo qué deberíamos continuar.... Aquí les tengo otra pregunta: ¿Habrá algo más sincero que la oración de un niño? Tenía exactamente 4 años y se estaba jugando el mundial de fútbol  en Italia (1994) y aún recuerdo cuando todos sentados a la mesa me entregaron la responsabilidad de realizar una oración (Corta y sencilla) por los alimentos; habíamos vuelto de la iglesia y era un poco tarde así que todos teníamos hambre. Sería irresponsable de mi parte haber hecho una oración larga, pero vamos, tenía 4 años y de solo pensar que debía cerrar mis ojos y dirigir mis palabras al Rey de Reyes y Señor de Señores, un gran nudo se posaba en mi pequeña garganta; ciertamente después de unos pocos segundo

Todo Empieza con un llamado

Jamás me imaginé que alguien me estaba llamando (O siquiera que había sido llamado para algo), estuve en la iglesia desde siempre, desde que me acuerdo había que presentarse cada domingo bien arreglado, bien portado y con una sonrisa al culto. Requisito indispensable era siempre saludar y sonreír a todos los que me dieran su bendición. Siendo un niño, los mejores recuerdos los tengo de mí mismo sentado en algún banco de mi iglesia o en la silla de la escuela dominical. En ese punto lo único que existía era mi inocencia infantil y un concepto de Dios que empezaba a crecer. Poco a poco fui entendiendo que Dios nos escuchaba y que le interesaba lo que sentíamos, que Dios esperaba por nosotros, esperaba que le buscáramos. Cada vez que escuchaba: “Yo sé que Él vive, pues lo veo en la risa de un niño cuando voy pasando”, anhelaba ser ese niño que en su sonrisa reflejara la sonrisa de un Dios vivo. Crecer en una iglesia donde todo el mundo cantaba (No te hablo de cantantes cor

Antes de Chocar.

El día que te conocí es imposible de describir, cálido y frío, nublado pero soleado, quieto y a la vez estresante, confortable e inquietante. Así eres Tu, así de intrigante, así de fuerte, así de extraño, sin embargo así de perfecto, tanta osadía resulta de intentar hacer que mis teclas lo expliquen, pero así fue conocerte. Han pasado muchas lunas y muchos ocasos han terminado irremediablemente en la oscuridad de la noche, muchas gotas de lluvia han caído desde entonces y quizás no haya caído ninguna; aunque apenas fue hace un instante o una eternidad tal vez, pero sencillamente es una porción de tiempo que solo puede ser medida por tu mano, tu mano que me recibió cuando descendía por la oscuridad de mi propio orgullo, en la vanidad de mis propias decisiones, en el lodazal de mi pecado y mi propia opinión. Así llegué a ti, sucio, terco e inicuo; descendiendo desde lo más insondable de mi transgresión a lo mas profundo de la oscuridad que me rodeaba, que era tan mía como los h