Hablemos de verdades, nada hay mas cierto que el sol sale todos los días, como nos enseñaron en la escuela, sale por el este, pero al igual que sale cada día, también se oculta y da lugar a una penumbra conocida como noche, donde la que reina (Ademas de la oscuridad) es la luna, a veces enorme y señorial, otras veces pálida y raquítica, pero siempre en alto, arriba, inalcanzable; tal como mis pensamientos, que se esconden en la penumbra de mi propio lamento, en la oscuridad de mis deseos inconclusos y en la opacidad de mis sueños inalcanzables.
Cada palabra que se cruza galopante por mi mente, deja una estela que se convierte en constelaciones y hasta galaxias eternas y a la vez efímeras, dando paso a una nueva, ya sea una idea, un pensamiento o simplemente una palabra; una de mis favoritas es la palabra amar; pero ésto no ocurre siempre, me pasa sobre todo en la noche, cuando todo está en silencio y bajo la luz de la luna siendo mi única cómplice, tu duermes justo a mi lado, aunque esto no se trate de ti o de nuestro amor, sino de mi y de mi interior y quizás hasta de la luna, quiero decirte que las muchas aguas no lo podrán apagar , sí a nuestro amor, pero al igual que el sol, que está alto e inalcanzable (Tal como la Luna) debe enfrentarse a la noche, aterradora, silenciosa, solitaria pero pasajera.
En una de esas galaxias creadas en mi mente por la palabra amar, pesé en encontrarte, y te busqué, en verdad te busqué, hasta el cansancio, arriesgué mi vida por eso, aposté todo lo que tenia y perdí, cuando la derrota se cernió sobre mi y regresaba vencido, agotado, y prisionero de mi propia desdicha, entonces te encontré y para mi sorpresa estabas demasiado cerca; solo podía preguntarme si eras real y si no era muy tarde, lo que realmente no sabía y aun no lo sé con seguridad es que amar, está sujeto a leyes Inefables, extrañas e infalibles, leyes eternas puestas por Dios y que nosotros no entendemos, los tiempos para amar son eternos pero escasos, son efímeros y perdurables, son épocas, estaciones y períodos que pueden durar eras o solo segundos.
Y me preguntas:- ¿Hasta cuando has de amarme?
Y mi respuesta es así simple:
- Hasta que el mar le regrese al cielo incluso la última gota de agua que le pidió prestada.
Así es Amar, lo que mucha gente hoy necesita, pero temen, aunque esté presente y esté muy cerca, no se arriesgan, no dan el paso y apuestan todo lo que tienen, desconocen que el secreto está en entregarlo todo y perder (Si, perder), allí es que reside el verdadero valor de amar, sin medida, sin prudencia, sin cordura, solo así se puede amar, pero eso sólo lo sabe la luna quien cada día muere con la única intención de volver a ver salir el sol, a quien puede ver, ya sin fuerzas y apagándose lentamente, desde lejos, en la claridad que la ejecuta sin prisa y hasta con un toque de crueldad; para darle una última sonrisa al sol que sale para brillar, hermoso e imponente, caliente, inestimable y sublime, quien mira con desdicha como su luna se aleja de él, sin saber que ella muere nada mas para verle nacer.
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